QUIENES SOMOS


  Para ser sincero he de decir que antes de los 46 años, yo desconocía el significado de la palabra radiestesia, sí que conocía el trabajo de los zahoríes, pero desconocía el trabajo de los radiestesistas. Acudí con mi esposa a la consulta de un kinesiólogo, fue allí mientras esperábamos para acceder a la consulta que empecé a ojear un libro de radiestesia, eso para mí fue una revelación, un despertar de golpe, un resentir, conectar con una parte dormida en mí, un veneno que invadió mi sangre cual picadura de serpiente hasta llegar a mi mente. Ese fue el inicio de mi despertar, era otoño del 2004. Al llegar a casa busqué un péndulo que dormía en un cajón desde que lo compré, unos 22 años antes, me llamó, lo compré y lo guardé en un cajón, hubo un cambio de domicilio entre tanto, pero milagrosamente apareció, obviamente todo camino tiene un recorrido que inevitablemente hay que hacer, empecé solo, mis respuestas no eran del todo correctas pero se acercaban mucho a la realidad, necesita comprobarlo, por eso acudí al curso de un radiestesista, para ver el grado de error en mis apreciaciones, sentía que la radiestesia era algo de mí mismo, como un recuerdo que brota, no dudo de que en otras vidas utilicé esta percepción. 

  Practiqué y practiqué, mucho no, muchísimo, era como una obsesión, leí todo lo que caía en mi mano sobre el tema, libros antiguos y modernos y entonces fui consciente de que en los últimos 100 años pocos aportes había en este campo y no solo eso, sino que la triste realidad era que existía muy poco rigor a la hora de afirmar algo, por lo que muchas informaciones son contradictorias, es por eso, que decidí investigar por mi cuenta cada una de las cosas que leía, si dos personas aportan distintos puntos de vista ante un problema, obviamente uno de los dos no tiene razón, o tal vez ninguno de ellos. 

  En el transcurrir del tiempo me fui dando cuenta de que a través de mi mente podía detectar lugares donde la energía fluía con fuerza, los vórtices energéticos, algo muy difuso y sobre lo que había poca información, alguien los había mencionado con anterioridad, llamándoles puntos de poder, no me gruta la palabra poder y eliminé esa palabra en mis investigaciones, pero no me servía el decir que en un lugar concreto detectaba una energía más elevada, necesitaba comprobar que no era producto de mi mente. T lo relacionado con la energía sutil, el éter, ese quinto elemento que mencionaron en la antigüedad me atraía, me había dado cuenta de que podía detectar los distintos niveles energéticos, de personas, animales, lugares, etc. ya me había iniciado en Reiki y hacía multitud de experimentos con las estructuras piramidales y otras formas que tienen la cualidad de atraer o generar un campo energético más denso, por lo tanto decidí enfrentarme a mis propios demonios y me dije que si en una estructura piramidal se podía momificar un filete, aparentemente por el aporte energético, en un vórtice también habría de conseguirlo y así fue, no me resultó sencillo, cuando partes de cero, sin unas pautas previas nada es fácil, sin embargo, no me rendí ante los fracasos y al final lo conseguí, la momificación con la energía, este es uno de mis aportes a la radiestesia, son muchos más, mi cualidad de poder testar en la distancia es una ayuda inestimable a la hora de buscar respuestas muchas preguntas. Aún no había llegado a entender que yo era diferente, que algo en mi mente me hacía llegar a respuestas que para otros radiestesistas estaban vetadas.

  Trabajé mucho investigando las distintas variables del cuerpo energético, ese desconocido cuerpo que nos da la vida, soy consciente de que la evolución de mi aprendizaje tendrá un final, mis preguntas, mis dudas, son infinitas, nunca conseguiré tener todas las respuestas, por lo tanto solo puedo aspirar a convertirme en un eterno aprendiz, eso es lo que soy y lo que seré, al menos en esta vida, por eso, permitidme que me sonría cuando veo que alguien se denomina a sí mismo, maestro en algo, da lo mismo en lo que sea, la maestría, es algo a lo que se aspira y que nunca se consigue, por muy avanzado que sea el conocimiento de alguien en un oficio o saber hacer, siempre, siempre habrá alguien que lo supere, en esta vida o en las siguientes, a la maestría no se accede, la maestría se concede, pero es lícito intentar mejorar día a día, de hecho ese es el motor que debe mover a los que nacieron para investigar y compartir.

   Con el tiempo descubrí que hay personas que portan cualidades que están vetadas a otras personas, es lo que erróneamente se conoce como don, cuando en realidad es un concepto de responsabilidad, aprendí a detectar a esas personas, porque entendí que podía conectar con su subconsciente y preguntárselo a su esencia, descubrí que ese grupo al que denomino sensitivos portan dos guías, cuando lo habitual en el resto es que sólo porten un guía, descubrí además que los médium, lo son por tener el campo espiritual más alto, y que estos sensitivos forman el grupo más numeroso, que yo pertenecía al otro grupo, el de los psíquicos, los que tenemos dos guías, pero nuestro campo espiritual no es más alto, nos falta esa antena para que las entidades energéticas puedan conectar con nosotros, pero sin embargo en el laberinto de nuestra mente hay puertas abiertas que para otros están cerradas y esto nos permite obtener algunas respuestas, pero no todos los psíquicos tenemos las mismas puertas mentales abiertas, cada cual tiene su propia herramienta para acceder al conocimiento, nadie debe intentar emular a otro y llegar a ser como el, todos los sensitivos hemos de encontrar nuestra propia herramienta, aprender a utilizarla y eso mismo, utilizarla, para eso nos fue dada. Cuando tras numerosos aportes a la radiestesia, creí haber accedido a la tranquilidad, a seguir solo investigando sobre lo aportado, para ampliarlo, hicieron aparición mis guías, para abrirme nuevos caminos, siempre estuvieron conmigo, pero cuando cambié grado, sus mensajes fueron casi continuos, primero con la canalización de formas capaces de atraer la energía, las más potentes conocidas hasta el momento, yo lo había pedido y me fue concedido, después para dejarme ver y solucionar las heridas del alma, posteriormente para hacerme el mejor legado, un acceso directo a la energía pura y creadora de La Fuente, es la energía empleada en la Creación, una energía que no se encuentra en este planeta, mucho más potente que la energía universal, que es aquella que circula por nuestro planeta, aquella que alimente a nuestro cuerpo energético, aquella que se mueve con métodos como Reiki, Shamballa, Reconexión, etc., no, no soy el primero en tener acceso a ella, ni seré el único, pero no todos los métodos que la utilizan permiten tarela a nuestro querido planeta y proyectarla sobre las personas, no me está permitido utilizarla en toda su magnitud, tan solo me han abierto el canal para que puede utilizarla en algunas acciones, con esta energía se puede acceder a pequeños o grandes milagros, espero estar a la altura y ganarme el seguir ampliando mi conocimiento en esta materia, posteriormente me aportaron las claves para poder enseñar a otras personas a trabajar con esta energía, poco tiempo después de abandonar el grado 4 mis guías se despidieron de mí, me dijeron que ya no les necesitaba, que las respuestas estaban en mi interior, yo me negaba a dejarles marchar, de hecho pacté con ellos que durante un tiempo me despertasen en la hora bruja, la hora que yo considero segura, de 3:00 a 3:30 de la madrugada, aún sigo haciendo mis preguntas más importantes a esa hora, Conecto con La Fuente y pido permiso para preguntar desde mi esencia. Sin duda mi recorrido no ha acabado, me convertí en un mensajero de los guías, eso está en mi camino, algunas personas por razones que ignoro adquirimos la responsabilidad de transmitir conocimientos que son necesarios según la época en nos toca vivir, creo que esas personas eligen su nombre, o les es impuesto, como señal, es curioso, hubo una época en mi juventud, en la que habría cambiado mi nombre, pensaba que había tenido la mala suerte de nacer después de la muerte de mi abuelo materno del que heredé el nombre, ahora no lo cambiaría, soy consciente de que aunque no sea vistoso fue elegido para mí, etiológicamente, Epifanio significa “el que trae la luz” la luz es el conocimiento,, sin duda hay más personas con mi nombre que no ni siquiera son sensitivos, el nombre no es para que los demás entiendan nada, es solo para que lo entienda quien lo porta, soy consciente de que algunos de los mensajes que aporto son innovadores, son nuevos, para muchos difíciles de comprender solo porque nunca antes los habían oído, además no provienen de alguien famoso que salga en la TV, bueno esto es así, yo sé que llegarán a quien tengan que llegar y que mis aportes serán más apreciados cuando yo no esté, que en estos momentos. Mi camino sigue, aunque está plagado de vivencias importantes, el avance solo se aprecia cuando volvemos la mirada hacia atrás, lo mismo que cuando haces un camino y al llegar a un alto, te sientas a descansar y ves, lo lejos que quedó la última parada. Muchos de vosotros sentís en vuestro pecho “la llamada” esa llamada que empieza a hacerse latente en el grado del cambio que es el séptimo grado de la primera etapa, esa llamada hacia lo no visible, lo oculto, lo hermético, lo no aceptado, esa llamada que nos impide sentirnos por completo felices, aunque la vida nos haya sonreído en varios de sus aspectos, esa llamada que nos lleva a intentar averiguar cuál es nuestra verdadera misión de vida. Bueno, como suelo decir el camino es largo acaba allí donde tu corazón emite su último latido, todos vamos hacia ese destino sin saber cuál es, todos somos aprendices, así nacimos, así morimos. Mi esposa y uno de mis hijos son psíquicos, al igual que yo, ellos siguen mi camino, esta empresa es un proyecto de mi esposa.


          Epifanio Alcañiz


   Psíquico


   Radiestesista y telerradiestesista


   Investigador de las energías telúricas

 

   Restaurador bioenergético


    Cocreador energético



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