EL VUELO TRAS EL DUELO


Todos tenemos dos cuerpos, el físico y el energético, tras la muerte, el cuerpo energético abandona el cuerpo físico y la energía se diluye, el cuerpo físico es materia y la materia se descompone, pero siempre queda algo, nuestra esencia (alma) es la continuidad, la que se ha de reencarnar y seguir su camino de vida, al morir, cerramos solo un ciclo de nuestro vida, el conjunto de ciclos vividos es nuestro camino de vida, nacemos en una fecha concreta, todo está escrito de antemano, también traemos fecha de caducidad, a veces reencarnamos para vivir solo 5, 8 o 20 años, nosotros no podemos entenderlo, pero así es, en otras condiciones más favorables puede que nuestro periodo de vida se alargue hasta los 70, 80 o 100 años, pero aun así, disponemos del libre albedrío para ejecutar nuestro paso por la vida y a veces no llegamos a cumplir ese tiempo de estancia, una enfermedad, accidente o suicidio, truncan ese camino. 

  Yo respeto los pensamientos, ideologías y religiones de los demás, porque cada uno somos los únicos responsables de nuestro camino de evolución, particularmente, no creo que exista un cielo e infierno tal y como nos fue contado, sin embargo sí que creo que existe algo parecido a un purgatorio, el deambulatorio de las almas errantes. La esencia asciende tras la muerte y espera tranquila durante esa transición o interfase hasta una nueva encarnación, pero… también tenemos un cuerpo energético, este cuando la muerte acontece en el tiempo pactado de antemano, ya está preparado para ese desapego que se produce tras la muerte, unas 12 horas después de que esta se produzca, este cuerpo energético se despega de su cuerpo físico y un par de horas más tarde el alma abandona ese cuerpo que le sirvió de transporte, la impronta o espíritu, generada por el cuerpo energético se adhiere a ese alma o esencia, y ambas ascienden a otro plano para esperar una nueva encarnación, pero a veces el tiempo pactado no se cumple, disponemos del libre albedrio, no siempre es una ventaja, si la muerte sobreviene antes de tiempo, por una enfermedad, un accidente o un suicidio, el cuero energético no está preparado para generar esa impronta, el alma tampoco está preparada para partir, pero si el cuerpo ya no la sustenta, tiene que partir, sin embargo el cuerpo energético necesita más tiempo, no lo tiene , esa impronta se genera después de que el alma partió y ese espíritu queda errante, perdió su tren , se encuentra desorientada, perdida, sin saber que sucedió, los médium suelen ver muchas de estas improntas en los lugares donde se libraron batallas, también donde hubo accidentes, hospitales, etc., necesitan ayuda, alguna simplemente con enviarlas a la luz parten, pero otras no, las hay que dejaron cosas por resolver, hijos pequeños, hipotecas sin pagar, proyectos rotos, hasta que no entiendan que no pueden ayudar a los que quedaron no aceptaran partir, hay otras que se quedaron aquí aún después de una muerte en su tiempo, a veces tenemos deudas que pagar o cuentas que rendir, el alma parte, la herida consiste en dejar errante a esa impronta.

  Hay demasiadas improntas errantes a la espera de que alguien les tienda la mano y las saque del lugar al que quedaron ancladas, afortunadamente, cada vez van despertando más sensitivos, cada vez nos son otorgadas más herramientas, cada vez nos acercamos más al conocimiento. Todos somos parte de La Fuente, desde las entidades supremas del universo, hasta cada una de las partículas que lo componen y nosotros como parte de La Fuente, que es el todo y la nada, La fuente es Dios, por lo tanto nuestro ser alberga partículas divinas, hemos de volver a La Fuente tras cada experiencia de vida, si queda errante, sometida o anclada, esa impronta generada por nuestro cuerpo energético, necesitamos de la implicación de un tercero, alguien que nos tienda su mano y nos ayude a seguir, ese tercero ha de implicarse en esta acción, no es una solución definitiva el enviarle energía para su mayor fin, encender una vela o encargar una misa, todo es correcto, todo está bien, pero entiendo que nada es tan efectivo como un envío de energía de La Fuente desde la implicación, es decir, a través de nuestra propia esencia, para responsabilizarnos de esa acción, sobre esa impronta, un envío que la envuelve , llevándola de nuevo junto a su alma. Todos aquellos que han aprendido a trabajar con la energía de La Fuente en el curso de Cocreación energética, después de su segundo y último nivel, están preparados para realizar esta acción, a todos aquellos que aún no estáis preparados para trabajar con la energía pura y creadora de La Fuente desde la implicación, podéis optar por solicitar este servicio a aquellos que puedan y quieran implicarse en ello. Así me llegó que había de hacerlo en una reciente canalización de mis guías.


 Epifanio Alcañiz

 Sensitivo